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¿Crear mantequilla del aire que respiramos? Los investigadores revelan los detalles de cómo es posible.

Mariá

  • Fecha de actualización: julio 16, 2025
  • Fecha de publicación: junio 16, 2025
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Del humo al desayuno: el nacimiento del «aire comestible»

En un laboratorio californiano, lejos de las praderas donde pastan las vacas, un equipo de científicos está fabricando grasa… del aire. Parece ciencia ficción, pero es la última apuesta de la startup Savor, una empresa respaldada por Bill Gates, que acaba de presentar al mundo un producto que desconcierta tanto como fascina: mantequilla sin vacas, sin plantas, sin agricultura. Solo aire, química y tecnología.

¿El resultado? Un bloque cremoso, dorado y untuoso que, según Gates, “no podía creer que no fuera mantequilla real”. Y lo afirma después de haberlo probado personalmente a comienzos de este año.

Grasa sin granjas: un fragmento del alimento que podría cambiar el mundo.

Cómo se cocina el aire

Detrás de esta revolución alimentaria no hay magia… pero casi. Todo comienza con un proceso termoquímico de última generación, una suerte de alquimia moderna que captura dióxido de carbono del aire —sí, del aire mismo— y lo mezcla con hidrógeno y oxígeno en una coreografía molecular que parece salida de una novela de ciencia ficción. El resultado: ácidos grasos sintéticos, los nuevos “ladrillos” con los que se edifica un universo comestible sin precedentes.

Después, la transformación es casi poética: se añade agua, se emulsiona, se colorea con beta-caroteno, se perfuma con aceite de romero… y nace una mantequilla que desafía cada ley conocida de la alimentación tradicional. Kathleen Alexander, la mente visionaria detrás de Savor, lo resume sin rodeos: “Sabe como mantequilla. Punto”, declaró al New Scientist.

Pero esto no es un experimento de laboratorio sin destino: Savor ya opera un centro de producción piloto de más de 2.300 metros cuadrados en Illinois, mientras su sede en San José multiplica su capacidad de innovación. ¿La meta? Tan ambiciosa como provocadora: producir toneladas de grasa al año… sin una sola vaca en el proceso.

¿Y si la agricultura estuviera viviendo sus últimos días?

Lo que propone Savor no es un simple “producto vegano”. Es una declaración de guerra al sistema alimentario que ha sostenido a la humanidad durante milenios. Grasa sin granjas. Comida sin tierra. Alimentos nacidos del aire. Lo que parecía una fantasía futurista hoy comienza a tomar forma… y a aterrar a la vieja industria.

En un informe que ya circula como pólvora entre los círculos científicos y financieros, la fundadora de Savor, Kathleen Alexander, describe un mundo donde la comida no nace del campo, sino del carbono. Y no es solo teoría: la industria alimentaria, una de las mayores responsables de destruir el planeta, podría estar a punto de perder su corona. Entre el 11 y el 19 % de todos los gases contaminantes provienen de ella. ¿El plan? Sustituirla desde el laboratorio.

Bill Gates ya lo ha entendido. No se trata de convencer a la gente de dejar la carne o la mantequilla. Se trata de crear algo tan irresistible que nadie note la diferencia, mientras el planeta respira aliviado. Si es posible hacer mantequilla capturando carbono en vez de soltarlo… estamos ante una revolución con doble filo: menos contaminación y más futuro.

Y no termina ahí. El proceso de Savor consume una fracción mínima del agua que usan los cultivos y ya apunta a sus próximos objetivos: el aceite de palma y el de coco, dos ingredientes que han arrasado selvas enteras. ¿Será este el principio del fin para una industria que parecía intocable?

En diciembre de 2023, la fundadora de Savor, Kathleen Alexander, firmó un estudio que suena como una herejía para el mundo agrícola: Food Without Agriculture.

https://www.nature.com/articles/s41893-023-01241-2

Un manifiesto disfrazado de investigación científica que propone un futuro sin tractores, sin campos, sin estaciones.

¿Es esto el futuro… o solo una burbuja?

La pregunta que flota, como el aire del que surge esta nueva mantequilla, es inevitable: ¿Estamos ante el inicio de una nueva era en la alimentación humana, o simplemente frente a una excentricidad tecnológica destinada a unos pocos?

Savor, con sus triglicéridos sintéticos y sus sueños de librerías moleculares, parece apostar todo por la primera opción. Y si algo ha demostrado la historia, es que cuando la química y el capital se alinean… lo imposible empieza a saber a cotidiano.

https://www.youtube.com/watch?v=OJpAsIDL-3M

No podía creer que no fuera mantequilla’: si Gates lo dice, el futuro está servido.


Cómo mudarme de los EE. UU. al Reino Unido transformó mi salud

Mariá

  • Fecha de actualización: junio 16, 2025
  • Fecha de publicación: marzo 4, 2025
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Cuando Emily Johnson se mudó de los Estados Unidos al Reino Unido, no solo experimentó un cambio de escenario; vivió una transformación completa en su salud. Lo que comenzó como una simple reubicación pronto se convirtió en el catalizador para un viaje hacia el bienestar, con menos estrés, piel más clara y un renovado sentido del equilibrio.

La vida en los EE. UU.: la lucha por mantenerme saludable

Como muchos estadounidenses, Emily estaba familiarizada con los consejos de salud que circulan por todas partes: reducir el estrés, caminar más, comer mejor y pasar tiempo al aire libre. Como escritora de salud en EE. UU., no le eran desconocidas estas pautas, pero implementarlas en su vida personal resultaba difícil.

En los EE. UU., caminar era una lucha constante. Ya fuera por la falta de espacios adecuados para peatones o el estilo de vida ajetreado que requería conducir a todas partes, conseguir los pasos suficientes cada día parecía una tarea imposible. Las presiones del trabajo y de la vida cotidiana hacían que gestionar el estrés fuera un desafío constante, y aunque sabía lo importante que era reducir el consumo de azúcar, Emily a menudo caía en la tentación de la comida rápida y los dulces.

"Después de un día ajetreado, visitar Culver’s o Chick-fil-A era simplemente demasiado fácil", recuerda Emily. "Y cuando comencé a ser autónoma, perdí por completo el equilibrio entre el trabajo y la vida personal. La atención médica fue otro problema: aunque técnicamente tenía seguro, no entendía cómo usarlo ni qué cubría".

Frustrada por la lucha constante por mantener un estilo de vida saludable, Emily decidió tomarse un descanso y viajar durante un tiempo. Esta decisión la llevaría al Reino Unido, donde todo cambiaría.

Un nuevo comienzo en el Reino Unido

El viaje de Emily dio un giro inesperado cuando comenzó una relación con un británico que sugirió pasar cinco meses en su ciudad natal en las Midlands del Reino Unido. Al principio, Emily se mostró escéptica. Temía que el Reino Unido fuera como su ciudad natal en los EE. UU., solo que con más lluvia. Sin embargo, lo que encontró fue una tranquila y pintoresca ciudad construida a lo largo de un canal, nada como lo había imaginado.

La pequeña ciudad ofrecía un contraste radical con su vida en los EE. UU. Emily podía caminar fácilmente hasta la tienda de comestibles, que estaba llena de productos frescos y asequibles. Varios gimnasios estaban a diez minutos a pie de su apartamento, y a pesar de la lluvia frecuente, los lugareños se saludaban cordialmente, creando un ambiente que se sentía acogedor y relajante.

"Podía fácilmente alcanzar los 10,000 pasos al día solo haciendo cosas cotidianas, como caminar para tomar un café o visitar amigos", dice Emily. "El cambio fue inmediato. Mi piel mejoró, mi nivel de estrés bajó y ya no sentía la necesidad constante de azúcar que tenía en los EE. UU.".

Aunque Emily seguía manejando su mismo negocio con los mismos clientes y las mismas horas, su salud física y mental mejoró casi de inmediato. El ritmo de vida en el Reino Unido le permitió relajarse y concentrarse en lo que más importaba: su salud.

El diente dulce que desapareció

Uno de los cambios más notables fue la desaparición del diente dulce de Emily. En los EE. UU., ella tenía un fuerte deseo de comer dulces que comenzaba por la mañana y persistía durante todo el día, alcanzando su punto máximo después de la cena. Sin embargo, en el Reino Unido, su deseo por el azúcar desapareció casi por completo.

"Casi no sentía ganas de comer algo dulce, salvo por un dulce ocasional los fines de semana", explica. "Fue una diferencia radical respecto a mis antojos de azúcar en los EE. UU., que eran constantes".

Un breve regreso a los EE. UU

Después de pasar cinco meses en el Reino Unido, Emily y su pareja regresaron brevemente a los EE. UU. para finalizar su solicitud de visa. No pasó mucho tiempo antes de que sus viejos hábitos volvieran a aparecer. Desde el momento en que llegaron, la familia de Emily los recibió con sus dulces estadounidenses favoritos, y la conveniencia de la comida rápida resultó demasiado tentadora.

"La comida rápida estaba más sabrosa de lo que recordaba", admite. "Y mis tranquilos paseos por el canal se convirtieron en un viaje en auto de 15 minutos al gimnasio. Antes de darme cuenta, mi diente dulce había vuelto, y me costaba más que nunca alcanzar los 10,000 pasos al día".

Establecerse en el Reino Unido para siempre

Después de pasar unos meses en los EE. UU., se aprobó la visa de Emily, y regresó al Reino Unido para quedarse definitivamente. Esta vez, estaba comprometida a abrazar su nuevo estilo de vida.

"Vivir en el Reino Unido cambió todo para mí", reflexiona Emily. "Fue como presionar el botón de reinicio. Los problemas de salud que enfrentaba en los EE. UU. desaparecieron cuando me mudé a un entorno más relajado, donde caminar, comer alimentos frescos y gestionar el estrés se volvieron mucho más alcanzables".

Ahora, viviendo en el Reino Unido, Emily continúa disfrutando de un estilo de vida equilibrado que apoya tanto su bienestar físico como mental. Los simples cambios en su entorno—desde caminar hasta la tienda hasta disfrutar de la atmósfera amistosa—tuvieron un impacto profundo en su salud.

Para cualquier persona que se sienta abrumada por las presiones de mantener un estilo de vida saludable, la historia de Emily es un recordatorio de que a veces, solo hace falta un cambio de entorno para que lo que parecía imposible se vuelva posible.