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Cuando los semáforos susurran… con voz de multimillonario

José

  • Fecha de actualización: junio 18, 2025
  • Fecha de publicación: junio 16, 2025
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No, no estás soñando. Tampoco es un episodio de Black Mirror. Es la vida real en Silicon Valley: este fin de semana, los ciudadanos de Palo Alto, Menlo Park y Redwood City se encontraron frente a una escena absolutamente distópica. Los semáforos peatonales comenzaron a hablar… y no con cualquier voz. Hablaron con las voces inconfundibles de dos de los titanes más polémicos del mundo tech: Elon Musk y Mark Zuckerberg.

La ciudad, bañada por el sol californiano y la promesa permanente de la innovación, se vio súbitamente invadida por una atmósfera de ciencia ficción. Los peatones se detenían atónitos. Algunos reían. Otros sacaban el móvil a toda prisa. Todos sabían que estaban presenciando algo que no debía estar ocurriendo.

“Hola, soy Elon Musk. Bienvenido a Palo Alto, sede de Tesla”

Así comenzó el delirio. Los botones de cruce fueron hackeados y, en lugar de emitir los clásicos pitidos para personas con discapacidad visual, empezaron a lanzar frases tan absurdas como inquietantes, como si Silicon Valley se hubiera convertido en un teatro de sombras tecnológicas:

“Hola, soy Elon Musk. Bienvenidos a Palo Alto, la sede de Tesla.” “El dinero no compra la felicidad… pero un Cybertruck sí. ¡Y vamos, es fantástico!”

Una broma con voz metálica, que mezclaba genialidad y provocación. Los vídeos explotaron en redes sociales, y la incredulidad se mezcló con carcajadas. Influencers, tiktokers, medios digitales: nadie quería quedarse fuera del fenómeno. Pero la historia no terminó ahí…

“Hola, soy el Zuck… y no puedes hacer nada para detenernos”

En otro video, captado en Menlo Park, la voz clonada de Mark Zuckerberg lanza una advertencia críptica:

“Hola, soy Mark Zuckerberg, pero los reales me llaman el Zuck. Es normal sentirse violado mientras insertamos la IA en cada rincón de tu experiencia consciente… y no te preocupes, porque no puedes hacer absolutamente nada para detenerlo. Bueno… ¡nos vemos!”

No era un sketch. No era una parodia. Era una declaración inquietante camuflada de ironía. Una mezcla de sátira, provocación y un escalofrío muy real. Porque detrás del humor, hay un mensaje inquietante sobre cómo la tecnología puede tomar el control. Y lo hace sin pedir permiso.

Semáforos que hablan: escucha las voces clonadas de Elon Musk y Mark Zuckerberg en este impactante reportaje.

Risa, pánico y preguntas sin respuesta

¿Quién fue el responsable? ¿Fue una broma genial? ¿Un experimento artístico? ¿Un aviso sobre la fragilidad de nuestras ciudades inteligentes? Las autoridades investigan un probable ataque hacker que aprovechó las funciones accesibles de los semáforos —pensadas para asistir a personas con discapacidad visual— para insertar estos mensajes con voces clonadas por inteligencia artificial.

Una grieta en el sistema. Una travesura cibernética. Un espejo de lo que podría venir.

Y mientras las investigaciones avanzan, una cosa queda clara: la próxima vez que pulses el botón para cruzar la calle, no te sorprendas si en lugar del clásico “camina”, alguien te da la bienvenida al Metaverso… o te vende un coche eléctrico… o algo peor.

Porque cuando las voces del poder empiezan a hablar sin haber sido invitadas, es porque ya no necesitan permiso.


Mujer, de 37 años, perdió 82 kilos y recuperó 45. Este cambio de mentalidad transformó su salud

Mariá

  • Fecha de actualización: junio 16, 2025
  • Fecha de publicación: marzo 4, 2025
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Katie Zornes ha experimentado dos momentos en su vida que se sintieron como encender un interruptor. Cuando ocurre, siente un impulso de cambio y de poner a prueba sus límites. La primera vez que ocurrió, Zornes pesaba 167 kilos y se sintió decidida a perder peso. La segunda vez, tras haber recuperado 45 de esos kilos, decidió hacer cambios en su estilo de vida que ya no estaban ligados únicamente a su peso..

"Soy una persona que siempre he luchado con el peso," dice Zornes. Durante la mayor parte de su vida, la comida fue un consuelo. "Soy una comedora emocional, luchaba contra la depresión," dice ella, y la comida llenaba el vacío. En aquel entonces, no tenía idea de lo que su cuerpo realmente necesitaba "para sentirse bien".

El primer punto de inflexión

Llegó en 2011, cuando se despertó un día y sintió que no estaba viviendo la vida al máximo. Decidida a perder peso, empezó a contar calorías y caminar. Su confianza creció, y comenzó a correr al aire libre. Para 2013, había perdido 83 kilos, completado maratones y triatlones. Sin embargo, su enfoque estaba más en las calorías que en la nutrición.

En 2015, empezó a tener pensamientos depresivos. La falta de descanso adecuado le provocó lesiones en la rodilla y el cuello, impidiéndole correr. Cuando llegó la pandemia de COVID en 2020, se sintió aún más desconectada.

El segundo punto de inflexión

Sucedió cuando su depresión se profundizó aún más. Necesitaba un nuevo enfoque, así que comenzó a establecer metas pequeñas para sí misma. Empezó con cepillarse el cabello todos los días y luego hizo 10 minutos de movimiento intencional diariamente. Estos pequeños logros le dieron la confianza para plantearse metas más grandes.

En lugar de centrarse solo en la pérdida de peso, Zornes decidió enfocarse en su salud mental y bienestar general. Estableció una lista de 22 cosas difíciles para lograr en 2022, como hornear un pan de masa madre perfecto y volver a correr un 5K.

Ahora, Zornes se concentra en vivir una vida plena y feliz, haciendo cosas que disfruta sin que sean una recompensa por perder peso. Aunque la pérdida de peso sigue siendo parte de su historia, pero ya no define su vida.