
¡Prohibido sin papeles! Esta pintoresca ciudad californiana tiene una extraña ley sobre el uso de tacones que pocos conocen. Descubre por qué. La pequeña ciudad de Carmel-by-the-Sea es famosa por exigir a los visitantes obtener un permiso oficial para poder caminar legalmente con tacones de más de dos pulgadas. Fotografía por Andrea Piacquadio.
Un mito urbano real
Por muy absurdo que parezca, en la pintoresca ciudad de Carmel-By-The-Sea, California, está prohibido usar zapatos de taco en la calle sin el permiso adecuado. Has leído bien: existe una norma que regula su uso en la vía pública y a continuación te explicamos por qué.
Aunque suene a mito urbano, el permiso para tacones altos en Carmel-by-the-Sea es completamente real y oficial. Si tus tacones miden más de dos pulgadas de alto y tienen una base de apoyo de menos de una pulgada cuadrada, es ilegal usarlos en público sin antes obtener un permiso del ayuntamiento.
Un souvenir de Carmel-by-the-Sea
El permiso se emite de forma gratuita, y muchos visitantes lo solicitan simplemente como recuerdo, incluso si no planean caminar en tacones. El certificado luce totalmente oficial, lleva el nombre del solicitante y la firma de un secretario de la ciudad en turno.
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El origen de la ley de tacones
Esta ley que prohíbe usar tacones altos en público fue aprobada en 1963 a petición del abogado municipal. Aunque ya era entonces una rareza legal, tenía un propósito muy concreto que sigue vigente hoy: proteger a la ciudad de demandas legales por accidentes.
Carmel está llena de cipreses y pinos de Monterrey cuyas raíces han levantado muchas aceras de concreto, generando un riesgo real de tropiezo para los peatones.
Tacones delgados y aceras irregulares no hacen una buena combinación. El riesgo de tropezar se consideró tan alto que el abogado municipal propuso el permiso como medida legal para evitar demandas contra la ciudad.
Aunque la policía no hace cumplir activamentela norma, sigue siendo vigente el hecho que, si llegaras a caerte usando tacones que no cumplen con las medidas establecidas, no podrás demandar a la ciudad.
Un permiso para andar con estilo
Carmel-by-the-Sea
Las calles adoquinadas, los senderos de tierra y las aceras de ladrillo de Carmel-by-the-Sea no son el mejor lugar para lucir stilettos. Pero si insistes, técnicamente necesitas un permiso oficial.
Curiosamente, hasta hace unos años, la ciudad también tenía una ley que prohibía comer helado en el centro, para evitar que las aceras se volvieran pegajosas y resbalosas.
Al parecer, esta ciudad siempre ha estado preocupada por protegerse de las demandas más insólitas, pero también, de proteger a sus ciudadanos y visitantes de accidentes en la calle.