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Lo que no te cuentan de Ozempic

Mariá

  • Fecha de actualización: junio 11, 2025
  • Fecha de publicación: junio 3, 2025
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Un análisis basado en los datos médicos de más de 2,4 millones de personas con diabetes que utilizan medicamentos análogos del GLP-1 sugiere que estos tratamientos, conocidos popularmente por su uso para perder peso, también pueden tener efectos beneficiosos en la salud cardiovascular y mental, así como en la prevención de algunas demencias. Sin embargo, también podrían estar relacionados con un mayor riesgo de desarrollar problemas digestivos, renales y pancreáticos.

Pincharse para adelgazar… ¿y algo más?

Estos fármacos, en contraste con muchos productos que prometen resultados sin base, sí han demostrado eficacia para reducir el peso corporal, lo que ha contribuido a su fama como una especie de “remedio milagroso”.

Esa percepción de que ayudan a adelgazar sin esfuerzo ha generado una demanda tan elevada que incluso han llegado a escasear en las farmacias, impidiendo su uso en pacientes con diabetes tipo 2, para quienes fueron desarrollados originalmente.

De acuerdo con una encuesta reciente en Estados Unidos, aproximadamente uno de cada ocho adultos los ha utilizado o probado. Pero su creciente popularidad ha desplazado la atención sobre posibles efectos adversos. Un nuevo estudio publicado esta semana en Nature Medicine confirma que, aunque poco frecuentes, estos efectos secundarios pueden ser relevantes.

Los beneficios de Ozempic, Mounjaro, Wegovy y demás

La historia del Péptido Similar al Glucagón tipo 1 (GLP-1) comienza entre las décadas de 1970 y 1980, cuando varios investigadores comenzaron a estudiar este compuesto. Se trata de una hormona intestinal derivada de un único gen, al igual que otras dos.

Fue Svetlana Mojsov, científica del Hospital General de Massachusetts, quien identificó el GLP-1 como un péptido que estimula la producción de insulina en respuesta a la ingesta de glucosa, lo que lo convirtió en un posible candidato para tratar la diabetes tipo 2, donde la insulina pierde su efectividad y los niveles de azúcar en sangre aumentan.

Desde la aparición en el mercado del primer medicamento de esta clase, Byetta, en 2005, su capacidad para favorecer la pérdida de peso comenzó a popularizar estos fármacos.

Debido a que el GLP-1 se descompone rápidamente en el cuerpo, fue necesario desarrollar versiones sintéticas de acción prolongada, un proceso que llevó años. Durante esas investigaciones, se descubrió algo crucial: estos medicamentos también suprimen el apetito y ralentizan la digestión, lo que contribuye a una mayor sensación de saciedad.

Tras Byetta, llegaron nuevas versiones y nombres comerciales. Ozempic es quizá el más famoso —aprobado en EE.UU. en 2017 y en Europa al año siguiente—, aunque existen otras marcas como Wegovy, Rybelsus o Mounjaro.

Prohibida su venta sin receta

El impacto ha sido tal que en 2023, la revista Science los reconoció como el mayor avance científico del año. Por su parte, Nature incluyó a Mojsov en su lista de personas más influyentes en ciencia, reconociendo su contribución tras años de escaso reconocimiento.

Sin embargo, como ocurrió en su día con la Viagra, la popularidad de estos fármacos ha tenido consecuencias más controvertidas: en España, la Agencia de Medicamentos ha advertido sobre su venta sin receta, lo que ha provocado desabastecimientos, mientras que la OMS alertó sobre copias falsas. Según datos de la empresa BrandShield, se han detectado más de 250 webs ofreciendo versiones fraudulentas.

Los peligros de la poca investigación a largo plazo

“El uso de estos medicamentos ha explotado”, afirma Ziyad Al-Aly, epidemiólogo de la Universidad de Washington en San Luis, quien también lidera el Centro de Epidemiología Clínica del sistema de salud para veteranos. “Y sin embargo, nadie había hecho un estudio tan completo sobre sus beneficios y riesgos”.

Al-Aly utilizó registros médicos de pacientes veteranos para construir una base de datos anónima. Comparó los resultados de salud de 215.970 personas que tomaban análogos de GLP-1 con más de dos millones que usaban otros tratamientos antidiabéticos entre 2017 y 2023, hasta alcanzar una muestra total superior a los 2,4 millones.

El trabajo muestra que, además de los beneficios cardiovasculares y la reducción del riesgo de trombos, también hay asociaciones con una menor incidencia de adicciones, ciertos trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia, intentos de suicidio, convulsiones, infecciones y sus complicaciones, así como demencias como el alzhéimer. Aunque estos beneficios no son extremos —rondan entre el 10 y el 20 % de reducción del riesgo, un 12 % en el caso del alzhéimer—, sí son estadísticamente significativos.

No obstante, Al-Aly advierte que el estudio no demuestra causalidad, solo correlaciones. Señala que estos medicamentos actúan sobre receptores del cerebro relacionados con el control de impulsos, la adicción y los sistemas de recompensa, lo cual podría explicar parte de sus efectos. Además, menciona que la reducción de inflamación cerebral y el adelgazamiento pueden favorecer la salud neurológica.

Efectos secundarios preocupantes

Pero no todo es positivo. El estudio también detectó un incremento en problemas como hipotensión con desmayos, trastornos del sueño, cefaleas, artritis, problemas gastrointestinales (náuseas, vómitos, diarreas, e incluso parálisis gástrica), afecciones renales y pancreáticas.

Estos dos últimos efectos se documentan por primera vez en esta investigación. Aunque no son comunes, pueden tener consecuencias serias, por lo que los autores recomiendan vigilar síntomas de pancreatitis o cálculos renales en pacientes que siguen este tratamiento.

El balance general del estudio muestra una disminución en el riesgo de 42 condiciones de salud y un aumento en otras 19. Sin embargo, Al-Aly reconoce limitaciones: la muestra está compuesta en su mayoría por hombres mayores, y no se han considerado diferencias según dosis ni grupos poblacionales específicos.

“Nuestros hallazgos abren la puerta a nuevas aplicaciones médicas para estos medicamentos”, concluye Al-Aly, “pero también subrayan la importancia de monitorizar cuidadosamente sus efectos adversos”.

¡Iba al médico por salud… y salía enfermo! El escándalo que sacude Texas

Mariá

  • Fecha de actualización: junio 11, 2025
  • Fecha de publicación: junio 10, 2025
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Un fraude de efecto crónico

Un reumatólogo de Texas fue condenado a 10 años de prisión por llevar a cabo un cruel esquema de fraude en el sistema de salud que consistía en diagnosticar a cientos de personas sanas con enfermedades crónicas que requerían tratamientos costosos y peligrosos.

Jorge Zamora-Quezada, M.D., de Mission, Texas, se declaró culpable de conspiración para cometer fraude, de varios cargos de fraude en el cuidado de la salud y de conspirar para obstruir la justicia.

Revisa la historia completa en este reel de TikTok de ABC:

@abc.es

El reumatólogo Jorge Zamora-Quezada ha sido c0nd3n4d0 a 10 años de pr1s10n por orquestar un sofisticado plan de fraude médico valorado en 118 millones de dólares, unos 103 millones de euros 🩺 El médico, de 68 años, no solo manipuló a las aseguradoras con historiales clínicos falsificados, sino que convirtió su consulta en Mission, Texas, en el epicentro de un esquema tan lucrativo como cr1m1n4l ‼️ El médico diagnosticó deliberadamente enfermedades gr4v3s a pacientes sanos para someterlos a tratamientos innecesarios y extremadamente costosos, todo con el objetivo de mantener un estilo de vida lleno de lujos con jets privados, coches deportivos y una opulenta cartera inmobiliaria 🎙️ Te lo cuenta @nereachicot #medico #abcnoticias #reumatoide #enfermedades #reumatologo #fraude #medico #fraudemedico #jorgezamoraquezada

♬ Minimal for news / news suspense(1169746) – Hiraoka Kotaro

La condena de Dr. Zamora-Quezada

El inescrupuloso doctor fue condenado a 10 años de prisión y 3 años de libertad supervisada. Una condena que intenta hacer justicia a los años que este reumatólogo de 68 años diagnosticó falsamente a pacientes con enfermedades crónicas con el fin de cobrar por exámenes y tratamientos innecesarios, y así poder enriquecerse.

Las pruebas presentadas por los fiscales demostraron que su esquema de fraude implicó más de 118 millones de dólares en reclamaciones falsas y el pago de más de 28 millones de dólares por parte de aseguradoras, lo que le permitió financiar un estilo de vida increíblemente lujoso.

La fortuna que obtuvo del fraude

Gracias a las ganancias obtenidas a costa de sus víctimas inocentes, Zamora-Quezada acumuló una considerable fortuna que incluía 13 propiedades inmobiliarias, un jet privado y un Maserati GranTurismo.

Respecto a las acusaciones, el jefe de la División Criminal del Departamento de Justicia, Matthew R. Galeotti, declaró que “el Dr. Zamora-Quezada financió su lujoso estilo de vida durante dos décadas traumatizando a sus pacientes, abusando de sus empleados, mintiendo a las aseguradoras y robando dinero de los contribuyentes”.

El testimonio de colegas

Durante el juicio, otros reumatólogos de Texas testificaron que atendieron a cientos de pacientes que previamente habían sido diagnosticados por Zamora-Quezada con artritis reumatoide.

Ninguno de ellos tenía la enfermedad, pero todos habían sido sometidos a medicamentos potentes y tratamientos con efectos secundarios debilitantes e incluso mortales. Algunos pacientes sufrieron derrames cerebrales, necrosis de mandíbula, pérdida de cabello, daño hepático y dolores tan intensos que impedían realizar tareas cotidianas.

“Estar constantemente en cama, sin poder levantarme sola, recibiendo medicamentos… sentía que mi vida no tenía sentido,” dijo una de las víctimas, mientras otras contaron que abandonaron sus estudios universitarios porque los tratamientos las hacían sentirse como si estuvieran en el cuerpo de una persona anciana.

Imagen de Donald Clark en Pixabay

Fraude y abuso laboral

Además de enfermar deliberadamente a personas sanas para financiar su vida de lujo, Zamora-Quezada también traumatizó y manipuló a su personal. Contrataba principalmente a personas con visas J-1 para poder amenazarlas con despedirlas y poner en riesgo su estatus migratorio.

Despedía a quienes no seguían ciegamente sus órdenes y abusaba de empleados que no generaban suficientes procedimientos médicos, aunque fueran innecesarios, e incluso cuando los pacientes estaban perfectamente sanos.

Imagen de Tatiana en Pixabay

Daños irreparables en la salud

Zamora-Quezada atendió a pacientes desde los 13 años en sus consultorios médicos ubicados en el sur de Texas y San Antonio. La sentencia trajo justicia a cientos de víctimas y sus familias, que necesitaban un cierre e indemnización por los irreparables daños causados por Zamora-Quezada.

Aunque muchos todavía sufren problemas graves de salud como resultado de los medicamentos y tratamientos prescritos por el fraudulento médico, al menos encontraron un consuelo en que el caso fue llevado ante la justicia y que otros no tendrán que pasar por el mismo calvario.

Jorge Zamora-Quezada deberá cumplir 10 años en prisión y tres años de libertad supervisada. Además, se le ordenó reembolsar 28.245.454 dólares, incluyendo la incautación de sus 13 propiedades, jet privado y autos de lujo.