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Cuando los semáforos susurran secretos… con las voces seductoras de los millonarios!

José

  • Fecha de actualización: julio 16, 2025
  • Fecha de publicación: junio 16, 2025
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No, no estás soñando. Tampoco es un episodio de Black Mirror. Es la vida real en Silicon Valley: este fin de semana, los ciudadanos de Palo Alto, Menlo Park y Redwood City se encontraron frente a una escena absolutamente distópica. Los semáforos peatonales comenzaron a hablar… y no con cualquier voz. Hablaron con las voces inconfundibles de dos de los titanes más polémicos del mundo tech: Elon Musk y Mark Zuckerberg.

La ciudad, bañada por el sol californiano y la promesa permanente de la innovación, se vio súbitamente invadida por una atmósfera de ciencia ficción. Los peatones se detenían atónitos. Algunos reían. Otros sacaban el móvil a toda prisa. Todos sabían que estaban presenciando algo que no debía estar ocurriendo.

“Hola, soy Elon Musk. Bienvenido a Palo Alto, sede de Tesla”

Así comenzó el delirio. Los botones de cruce fueron hackeados y, en lugar de emitir los clásicos pitidos para personas con discapacidad visual, empezaron a lanzar frases tan absurdas como inquietantes, como si Silicon Valley se hubiera convertido en un teatro de sombras tecnológicas:

“Hola, soy Elon Musk. Bienvenidos a Palo Alto, la sede de Tesla.” “El dinero no compra la felicidad… pero un Cybertruck sí. ¡Y vamos, es fantástico!”

Una broma con voz metálica, que mezclaba genialidad y provocación. Los vídeos explotaron en redes sociales, y la incredulidad se mezcló con carcajadas. Influencers, tiktokers, medios digitales: nadie quería quedarse fuera del fenómeno. Pero la historia no terminó ahí…

“Hola, soy el Zuck… y no puedes hacer nada para detenernos”

En otro video, captado en Menlo Park, la voz clonada de Mark Zuckerberg lanza una advertencia críptica:

“Hola, soy Mark Zuckerberg, pero los reales me llaman el Zuck. Es normal sentirse violado mientras insertamos la IA en cada rincón de tu experiencia consciente… y no te preocupes, porque no puedes hacer absolutamente nada para detenerlo. Bueno… ¡nos vemos!”

No era un sketch. No era una parodia. Era una declaración inquietante camuflada de ironía. Una mezcla de sátira, provocación y un escalofrío muy real. Porque detrás del humor, hay un mensaje inquietante sobre cómo la tecnología puede tomar el control. Y lo hace sin pedir permiso.

Semáforos que hablan: escucha las voces clonadas de Elon Musk y Mark Zuckerberg en este impactante reportaje.

Risa, pánico y preguntas sin respuesta

¿Quién fue el responsable? ¿Fue una broma genial? ¿Un experimento artístico? ¿Un aviso sobre la fragilidad de nuestras ciudades inteligentes? Las autoridades investigan un probable ataque hacker que aprovechó las funciones accesibles de los semáforos —pensadas para asistir a personas con discapacidad visual— para insertar estos mensajes con voces clonadas por inteligencia artificial.

Una grieta en el sistema. Una travesura cibernética. Un espejo de lo que podría venir.

Y mientras las investigaciones avanzan, una cosa queda clara: la próxima vez que pulses el botón para cruzar la calle, no te sorprendas si en lugar del clásico “camina”, alguien te da la bienvenida al Metaverso… o te vende un coche eléctrico… o algo peor.

Porque cuando las voces del poder empiezan a hablar sin haber sido invitadas, es porque ya no necesitan permiso.


La absurda ley que exige un permiso especial para usar tacones en una ciudad californiana

Un escritor apasionado con la habilidad de cautivar a los lectores a través de textos bien elaborados. Con experiencia en escritura creativa y periodismo, me encanta explorar diferentes temas y compartir ideas que inspiran e informan.

Laura

  • Fecha de actualización: junio 11, 2025
  • Fecha de publicación: junio 3, 2025
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¡Prohibido sin papeles! Esta pintoresca ciudad californiana tiene una extraña ley sobre el uso de tacones que pocos conocen. Descubre por qué. La pequeña ciudad de Carmel-by-the-Sea es famosa por exigir a los visitantes obtener un permiso oficial para poder caminar legalmente con tacones de más de dos pulgadas. Fotografía por Andrea Piacquadio.

Un mito urbano real

Por muy absurdo que parezca, en la pintoresca ciudad de Carmel-By-The-Sea, California, está prohibido usar zapatos de taco en la calle sin el permiso adecuado. Has leído bien: existe una norma que regula su uso en la vía pública y a continuación te explicamos por qué.

Aunque suene a mito urbano, el permiso para tacones altos en Carmel-by-the-Sea es completamente real y oficial. Si tus tacones miden más de dos pulgadas de alto y tienen una base de apoyo de menos de una pulgada cuadrada, es ilegal usarlos en público sin antes obtener un permiso del ayuntamiento.

Un souvenir de Carmel-by-the-Sea

El permiso se emite de forma gratuita, y muchos visitantes lo solicitan simplemente como recuerdo, incluso si no planean caminar en tacones. El certificado luce totalmente oficial, lleva el nombre del solicitante y la firma de un secretario de la ciudad en turno.

https://www.instagram.com/p/CvtDgLMs0Pu/

El origen de la ley de tacones

Esta ley que prohíbe usar tacones altos en público fue aprobada en 1963 a petición del abogado municipal. Aunque ya era entonces una rareza legal, tenía un propósito muy concreto que sigue vigente hoy: proteger a la ciudad de demandas legales por accidentes.

Carmel está llena de cipreses y pinos de Monterrey cuyas raíces han levantado muchas aceras de concreto, generando un riesgo real de tropiezo para los peatones.

Tacones delgados y aceras irregulares no hacen una buena combinación. El riesgo de tropezar se consideró tan alto que el abogado municipal propuso el permiso como medida legal para evitar demandas contra la ciudad.

Aunque la policía no hace cumplir activamentela norma, sigue siendo vigente el hecho que, si llegaras a caerte usando tacones que no cumplen con las medidas establecidas, no podrás demandar a la ciudad.

Un permiso para andar con estilo

Carmel-by-the-Sea

Las calles adoquinadas, los senderos de tierra y las aceras de ladrillo de Carmel-by-the-Sea no son el mejor lugar para lucir stilettos. Pero si insistes, técnicamente necesitas un permiso oficial.

Curiosamente, hasta hace unos años, la ciudad también tenía una ley que prohibía comer helado en el centro, para evitar que las aceras se volvieran pegajosas y resbalosas.

Al parecer, esta ciudad siempre ha estado preocupada por protegerse de las demandas más insólitas, pero también, de proteger a sus ciudadanos y visitantes de accidentes en la calle.