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El viaje de Kiersten Brown: de la agitada California a la tranquilidad de España

Hanna

  • Fecha de actualización: marzo 14, 2025
  • Fecha de publicación: marzo 4, 2025
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Durante la mayor parte de su vida, Kiersten Brown vivió en California, donde un estilo de vida acelerado y ocupado era la norma. Pero cuando surgió la oportunidad de mudarse a Jaén, una ciudad menos conocida en la región de Andalucía en España, dudó. A diferencia de sus vecinos más famosos, como Granada y Sevilla, Jaén no es un destino turístico muy concurrido. Sin embargo, después de cinco años viviendo allí, Kiersten ha descubierto que una vida más tranquila y sencilla es mucho más satisfactoria.

Un sueño californiano que ya no es: ¿por qué Kiersten decidió irse?

Tras años en California, Kiersten sintió un deseo creciente de explorar el mundo. En 2017, se mudó a Panamá para enseñar inglés, una experiencia que le dio una nueva perspectiva sobre la vida. Mientras tanto, sus amigos en California avanzaban en sus carreras, se casaban y comenzaban a tener familias. Cuando regresó a los 30 años, ya no se sentía conectada con la vida que había dejado atrás. Sintiendo que no encajaba y sin saber qué hacer con su futuro, Kiersten finalmente tomó la decisión de dejar California para siempre.

Reconstruyendo una vida en España: pruebas y triunfos

Al principio, Kiersten trabajó como profesora de inglés, pero el salario bajo—unos 700 euros ($730) al mes—y los pagos irregulares hicieron que fuera difícil mantener una vida estable. Decidida a quedarse en España, solicitó una visa de autónomo (freelance) para trabajar como escritora.  El proceso fue complejo e implicó la elaboración de un plan de negocio, trámites legales tanto en España como en EE. UU. y una entrevista, todo en español. El sistema tributario de España también fue un desafío. Mientras que los trabajadores autónomos en EE. UU. pagan un 15.3% fijo en impuestos, el sistema español es progresivo y varía entre el 19% y el 47%, lo que significa que sus contribuciones aumentan conforme crece su ingreso. Sin embargo, la asequibilidad de Jaén ayuda a compensar estos costos. Kiersten ahora gasta mucho menos que en California: paga $417 de alquiler, mientras que en EE. UU. pagaba más de $1,100. Además, al no tener coche, ahorra cerca de $500 al mes. Incluso la compra de alimentos le cuesta unos $100 menos al mes.

Cómo España ayudó a Kiersten a redescubrir sus pasiones

La libertad financiera que Kiersten ha logrado le permite perseguir pasiones que antes no podía costear. Toma clases de Flamenco y de baile latino, disfruta de música en vivo y pasa los fines de semana haciendo senderismo o compartiendo paella casera con amigos. La vida social también se ha vuelto más accesible. Un brunch sencillo con amigos cuesta solo 6 euros ($7), lo que lo convierte en una tradición fácil de disfrutar semanalmente, algo que en California era un lujo ocasional. A pesar del tamaño pequeño de Jaén, la ciudad está llena de eventos culturales, desde ferias hasta actuaciones en vivo en la calle. Y si Kiersten alguna vez desea la energía de una ciudad más grande, lugares como Granada o Madrid están a un corto viaje de distancia.

Superando desafíos: una nueva vida, nuevas lecciones

Por supuesto, adaptarse no ha sido sin desafíos. La variedad de acentos españoles ha sido algo difícil de ajustar, y las opciones vegetarianas son más limitadas. Sin embargo, Kiersten no tiene arrepentimientos acerca de su decisión. Su visa actual tiene una duración de dos años, y planea renovarla cuando llegue el momento. Regresar a EE. UU. ya no está en los planes de Kiersten. Ha construido una vida en España con sentido, y por primera vez, se siente realmente feliz.

Mujer, de 37 años, perdió 82 kilos y recuperó 45. Este cambio de mentalidad transformó su salud

Johannes

  • Fecha de actualización: marzo 14, 2025
  • Fecha de publicación: marzo 4, 2025
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Katie Zornes ha experimentado dos momentos en su vida que se sintieron como encender un interruptor. Cuando ocurre, siente un impulso de cambio y de poner a prueba sus límites. La primera vez que ocurrió, Zornes pesaba 167 kilos y se sintió decidida a perder peso. La segunda vez, tras haber recuperado 45 de esos kilos, decidió hacer cambios en su estilo de vida que ya no estaban ligados únicamente a su peso.. «Soy una persona que siempre he luchado con el peso,» dice Zornes. Durante la mayor parte de su vida, la comida fue un consuelo. «Soy una comedora emocional, luchaba contra la depresión,» dice ella, y la comida llenaba el vacío. En aquel entonces, no tenía idea de lo que su cuerpo realmente necesitaba “para sentirse bien”.

El primer punto de inflexión

Llegó en 2011, cuando se despertó un día y sintió que no estaba viviendo la vida al máximo. Decidida a perder peso, empezó a contar calorías y caminar. Su confianza creció, y comenzó a correr al aire libre. Para 2013, había perdido 83 kilos, completado maratones y triatlones. Sin embargo, su enfoque estaba más en las calorías que en la nutrición. En 2015, empezó a tener pensamientos depresivos. La falta de descanso adecuado le provocó lesiones en la rodilla y el cuello, impidiéndole correr. Cuando llegó la pandemia de COVID en 2020, se sintió aún más desconectada.

El segundo punto de inflexión

Sucedió cuando su depresión se profundizó aún más. Necesitaba un nuevo enfoque, así que comenzó a establecer metas pequeñas para sí misma. Empezó con cepillarse el cabello todos los días y luego hizo 10 minutos de movimiento intencional diariamente. Estos pequeños logros le dieron la confianza para plantearse metas más grandes. En lugar de centrarse solo en la pérdida de peso, Zornes decidió enfocarse en su salud mental y bienestar general. Estableció una lista de 22 cosas difíciles para lograr en 2022, como hornear un pan de masa madre perfecto y volver a correr un 5K. Ahora, Zornes se concentra en vivir una vida plena y feliz, haciendo cosas que disfruta sin que sean una recompensa por perder peso. Aunque la pérdida de peso sigue siendo parte de su historia, pero ya no define su vida.