Durante la mayor parte de su vida, Kiersten Brown vivió en California, donde un estilo de vida acelerado y ocupado era la norma. Pero cuando surgió la oportunidad de mudarse a Jaén, una ciudad menos conocida en la región de Andalucía en España, dudó. A diferencia de sus vecinos más famosos, como Granada y Sevilla, Jaén no es un destino turístico muy concurrido. Sin embargo, después de cinco años viviendo allí, Kiersten ha descubierto que una vida más tranquila y sencilla es mucho más satisfactoria.
Un sueño californiano que ya no es: ¿por qué Kiersten decidió irse?
Tras años en California, Kiersten sintió un deseo creciente de explorar el mundo. En 2017, se mudó a Panamá para enseñar inglés, una experiencia que le dio una nueva perspectiva sobre la vida. Mientras tanto, sus amigos en California avanzaban en sus carreras, se casaban y comenzaban a tener familias. Cuando regresó a los 30 años, ya no se sentía conectada con la vida que había dejado atrás.
Sintiendo que no encajaba y sin saber qué hacer con su futuro, Kiersten finalmente tomó la decisión de dejar California para siempre.
Reconstruyendo una vida en España: pruebas y triunfos
Al principio, Kiersten trabajó como profesora de inglés, pero el salario bajo—unos 700 euros ($730) al mes—y los pagos irregulares hicieron que fuera difícil mantener una vida estable. Decidida a quedarse en España, solicitó una visa de autónomo (freelance) para trabajar como escritora. El proceso fue complejo e implicó la elaboración de un plan de negocio, trámites legales tanto en España como en EE. UU. y una entrevista, todo en español.
El sistema tributario de España también fue un desafío. Mientras que los trabajadores autónomos en EE. UU. pagan un 15.3% fijo en impuestos, el sistema español es progresivo y varía entre el 19% y el 47%, lo que significa que sus contribuciones aumentan conforme crece su ingreso. Sin embargo, la asequibilidad de Jaén ayuda a compensar estos costos.
Kiersten ahora gasta mucho menos que en California: paga $417 de alquiler, mientras que en EE. UU. pagaba más de $1,100. Además, al no tener coche, ahorra cerca de $500 al mes. Incluso la compra de alimentos le cuesta unos $100 menos al mes.
Cómo España ayudó a Kiersten a redescubrir sus pasiones
La libertad financiera que Kiersten ha logrado le permite perseguir pasiones que antes no podía costear. Toma clases de Flamenco y de baile latino, disfruta de música en vivo y pasa los fines de semana haciendo senderismo o compartiendo paella casera con amigos.
La vida social también se ha vuelto más accesible. Un brunch sencillo con amigos cuesta solo 6 euros ($7), lo que lo convierte en una tradición fácil de disfrutar semanalmente, algo que en California era un lujo ocasional. A pesar del tamaño pequeño de Jaén, la ciudad está llena de eventos culturales, desde ferias hasta actuaciones en vivo en la calle. Y si Kiersten alguna vez desea la energía de una ciudad más grande, lugares como Granada o Madrid están a un corto viaje de distancia.
Superando desafíos: una nueva vida, nuevas lecciones
Por supuesto, adaptarse no ha sido sin desafíos. La variedad de acentos españoles ha sido algo difícil de ajustar, y las opciones vegetarianas son más limitadas. Sin embargo, Kiersten no tiene arrepentimientos acerca de su decisión. Su visa actual tiene una duración de dos años, y planea renovarla cuando llegue el momento.
Regresar a EE. UU. ya no está en los planes de Kiersten. Ha construido una vida en España con sentido, y por primera vez, se siente realmente feliz.