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Trabajaba con un título falso: el asombroso fraude de la ‘psiquiatra’ que estafó a miles en Reino Unido.

Escritor apasionado con la habilidad de transformar ideas en textos cautivadores. Con experiencia en varios géneros, desde la escritura creativa hasta artículos técnicos, siempre busco captar el interés del lector. Me encanta explorar nuevos temas y crear contenido que informe e inspire.

Carlos

  • Fecha de actualización: julio 16, 2025
  • Fecha de publicación: junio 11, 2025
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20 años de mentiras

Una supuesta doctora de origen iraní, que utilizó documentos falsificados para ejercer la psiquiatría en el sistema de salud nacional del Reino Unido, ha sido encarcelada por fraude.

Además de la sentencia de prisión, se le ha ordenado devolver cientos de miles de libras, con el fin de hacerle pagar por casi dos décadas de engaños en el sistema de salud pública británico.

La historia detrás del fraude

Nacida en Irán, Zholia Alemi y su familia emigraron a Auckland, Nueva Zelanda, a principios de los años 90. Tras fallidos intentos, no logró obtener los títulos de Licenciatura en Medicina y Licenciatura en Cirugía necesarios para trabajar como médica calificada, sin embargo, eso no la detuvo en su intento por cumplir su sueño.

La oportunidad de un vacío legal

A mediados de los 90, Alemi se trasladó al Reino Unido. Una vez allí, aprovechó la oportunidad de hacer uso de una laguna legal que permitía a los médicos de países de la Commonwealth ejercer sin exámenes adicionales.

Normalmente, los médicos que obtienen sus títulos en el extranjero deben rendir el examen PLAB (Professional and Linguistic Assessments Board). Sin embargo, Alemi logró evitarlo utilizando documentos falsificados, obtenidos en el Reino Unido. Y gracias a esta jugada, pudo ejercer como psiquiatra en todo el país durante unos 20 años.

La perspectiva de la fiscalía

Según el Sr. Foster del servicio de Fiscalía de la Corona, Alemi mostró poco interés por el bienestar de sus pacientes. Según las declaraciones de Foster, Alemi “Utilizó títulos médicos falsificados de Nueva Zelanda para obtener un empleo como psiquiatra del NHS durante 20 años”.

Las consecuencias de sus acciones serían graves, según señaló el Sr. Foster, ya que “al ejercer, debió haber tratado a cientos de pacientes sin contar con la calificación adecuada, lo que potencialmente puso en riesgo a todas las personas que atendió”.

Revisa el relato de esta estafadora que recopiló Bahía Noticias en su canal de YouTube:

Cuando el fraude salió a la luz

La buena suerte de esta falsa doctora- que estafó a numerosas personas poniendo en riesgo su salud – terminó en 2018, cuando fue declarada culpable de falsificar el testamento de una mujer de 84 años con el fin de heredar su casa, valorada en £300,000.

Esto llevó a los fiscales a descubrir una red de falsificaciones y fraudes. Alemi fue condenada a cinco años de prisión tras ser hallada culpable de tres cargos de fraude, y revelaciones posteriores prolongaron su condena. Recientemente se le ordenó devolver más de £400,000 o enfrentar más tiempo en prisión.

La magnitud del fraude

Los fiscales afirman que Alemi ganó más de £1.2 millones durante el tiempo que trabajó en el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido, alrededor de 20 años.

También advirtieron que la laguna legal utilizada por Zholia Alemi para ejercer la medicina sin ningún tipo de evaluación podría haber sido aprovechada por otros estafadores. A raíz de este caso, el Consejo Médico General del Reino Unido inició una revisión importante de alrededor de 3,000 licencias médicas otorgadas a médicos extranjeros en los años 90.

Alemi cerca de 2023. Créditos de la imagen: Clarín, MEN Media.

Cómo identificar títulos falsificados

Si bien los organismos que regulan y emiten los certificados y licencias profesionales en el Reino Unido tienen mecanismos de comprobación y verificación de la autenticidad de los documentos con los que trabajan, no faltan las personas que como Alemi, se benefician de trucos para emitir falsificaciones.

Muchas veces son errores tipográficos o bien información inventada la que delata a los estafadores. Otras veces, es el uso de tipografías ostentosas que buscan impresionar lo que delata la falsificación de un documento.

Lo que no te cuentan de Ozempic

Mariá

  • Fecha de actualización: junio 11, 2025
  • Fecha de publicación: junio 3, 2025
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Un análisis basado en los datos médicos de más de 2,4 millones de personas con diabetes que utilizan medicamentos análogos del GLP-1 sugiere que estos tratamientos, conocidos popularmente por su uso para perder peso, también pueden tener efectos beneficiosos en la salud cardiovascular y mental, así como en la prevención de algunas demencias. Sin embargo, también podrían estar relacionados con un mayor riesgo de desarrollar problemas digestivos, renales y pancreáticos.

Pincharse para adelgazar… ¿y algo más?

Estos fármacos, en contraste con muchos productos que prometen resultados sin base, sí han demostrado eficacia para reducir el peso corporal, lo que ha contribuido a su fama como una especie de “remedio milagroso”.

Esa percepción de que ayudan a adelgazar sin esfuerzo ha generado una demanda tan elevada que incluso han llegado a escasear en las farmacias, impidiendo su uso en pacientes con diabetes tipo 2, para quienes fueron desarrollados originalmente.

De acuerdo con una encuesta reciente en Estados Unidos, aproximadamente uno de cada ocho adultos los ha utilizado o probado. Pero su creciente popularidad ha desplazado la atención sobre posibles efectos adversos. Un nuevo estudio publicado esta semana en Nature Medicine confirma que, aunque poco frecuentes, estos efectos secundarios pueden ser relevantes.

Los beneficios de Ozempic, Mounjaro, Wegovy y demás

La historia del Péptido Similar al Glucagón tipo 1 (GLP-1) comienza entre las décadas de 1970 y 1980, cuando varios investigadores comenzaron a estudiar este compuesto. Se trata de una hormona intestinal derivada de un único gen, al igual que otras dos.

Fue Svetlana Mojsov, científica del Hospital General de Massachusetts, quien identificó el GLP-1 como un péptido que estimula la producción de insulina en respuesta a la ingesta de glucosa, lo que lo convirtió en un posible candidato para tratar la diabetes tipo 2, donde la insulina pierde su efectividad y los niveles de azúcar en sangre aumentan.

Desde la aparición en el mercado del primer medicamento de esta clase, Byetta, en 2005, su capacidad para favorecer la pérdida de peso comenzó a popularizar estos fármacos.

Debido a que el GLP-1 se descompone rápidamente en el cuerpo, fue necesario desarrollar versiones sintéticas de acción prolongada, un proceso que llevó años. Durante esas investigaciones, se descubrió algo crucial: estos medicamentos también suprimen el apetito y ralentizan la digestión, lo que contribuye a una mayor sensación de saciedad.

Tras Byetta, llegaron nuevas versiones y nombres comerciales. Ozempic es quizá el más famoso —aprobado en EE.UU. en 2017 y en Europa al año siguiente—, aunque existen otras marcas como Wegovy, Rybelsus o Mounjaro.

Prohibida su venta sin receta

El impacto ha sido tal que en 2023, la revista Science los reconoció como el mayor avance científico del año. Por su parte, Nature incluyó a Mojsov en su lista de personas más influyentes en ciencia, reconociendo su contribución tras años de escaso reconocimiento.

Sin embargo, como ocurrió en su día con la Viagra, la popularidad de estos fármacos ha tenido consecuencias más controvertidas: en España, la Agencia de Medicamentos ha advertido sobre su venta sin receta, lo que ha provocado desabastecimientos, mientras que la OMS alertó sobre copias falsas. Según datos de la empresa BrandShield, se han detectado más de 250 webs ofreciendo versiones fraudulentas.

Los peligros de la poca investigación a largo plazo

“El uso de estos medicamentos ha explotado”, afirma Ziyad Al-Aly, epidemiólogo de la Universidad de Washington en San Luis, quien también lidera el Centro de Epidemiología Clínica del sistema de salud para veteranos. “Y sin embargo, nadie había hecho un estudio tan completo sobre sus beneficios y riesgos”.

Al-Aly utilizó registros médicos de pacientes veteranos para construir una base de datos anónima. Comparó los resultados de salud de 215.970 personas que tomaban análogos de GLP-1 con más de dos millones que usaban otros tratamientos antidiabéticos entre 2017 y 2023, hasta alcanzar una muestra total superior a los 2,4 millones.

El trabajo muestra que, además de los beneficios cardiovasculares y la reducción del riesgo de trombos, también hay asociaciones con una menor incidencia de adicciones, ciertos trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia, intentos de suicidio, convulsiones, infecciones y sus complicaciones, así como demencias como el alzhéimer. Aunque estos beneficios no son extremos —rondan entre el 10 y el 20 % de reducción del riesgo, un 12 % en el caso del alzhéimer—, sí son estadísticamente significativos.

No obstante, Al-Aly advierte que el estudio no demuestra causalidad, solo correlaciones. Señala que estos medicamentos actúan sobre receptores del cerebro relacionados con el control de impulsos, la adicción y los sistemas de recompensa, lo cual podría explicar parte de sus efectos. Además, menciona que la reducción de inflamación cerebral y el adelgazamiento pueden favorecer la salud neurológica.

Efectos secundarios preocupantes

Pero no todo es positivo. El estudio también detectó un incremento en problemas como hipotensión con desmayos, trastornos del sueño, cefaleas, artritis, problemas gastrointestinales (náuseas, vómitos, diarreas, e incluso parálisis gástrica), afecciones renales y pancreáticas.

Estos dos últimos efectos se documentan por primera vez en esta investigación. Aunque no son comunes, pueden tener consecuencias serias, por lo que los autores recomiendan vigilar síntomas de pancreatitis o cálculos renales en pacientes que siguen este tratamiento.

El balance general del estudio muestra una disminución en el riesgo de 42 condiciones de salud y un aumento en otras 19. Sin embargo, Al-Aly reconoce limitaciones: la muestra está compuesta en su mayoría por hombres mayores, y no se han considerado diferencias según dosis ni grupos poblacionales específicos.

“Nuestros hallazgos abren la puerta a nuevas aplicaciones médicas para estos medicamentos”, concluye Al-Aly, “pero también subrayan la importancia de monitorizar cuidadosamente sus efectos adversos”.